Texto desarrollado por Andrés Tarazona y Eva Álvarez
En un mundo de despistes, gana quién sabe mantener la quietud
Aquellos que saben, dentro de todo el movimiento que les rodea, dónde está su verdadera fuerza e inspiración, ganan la Vida.
Haz la prueba.
Párate unos instantes en una gran avenida
En un centro comercial
En un trasporte público
Mira la velocidad de la gente y trata de observar donde ponen su atención:
Miradas al móvil.
Otras miradas afiladas por la prisa.
Otras saltando de un letrero comercial al otro.
Y las más necesitadas, mirando quien les mira…
Todo, el móvil, las otras miradas perdidas, las prisas y los letreros comerciales aumentan la distancia entre ti y tu corazón.
Todo pretende mostrarte que pueden darte calor y puedes caer en la trampa de que tras las redes, el exceso de trabajo o una nueva compra, tu vida tendrá más vida, más calor, más plenitud.
Pero no…
Si no que se cuenten a quien va buscando las miradas de los demás.
Por muchas miradas que atrape, por muchas personas que conquiste, por más contacto que tenga, el calor que estará recibiendo es solo calor.
No es fuego.
Muchos confunden lo que les da calor aparente con lo que realmente les enciende
Por suerte, entre todas las personas que te cruces podrás encontrarte con miradas profundas, silenciosas, vibrantes.
Miradas que pertenecen a Almas que saben dónde está su hogar, su fuego, su verdadero foco, el impulso interno que expande su ser.
Para unos puede ser su pareja; es uno de los motores principales de las personas sensibles o muy sensibles.
Para otros y según su evolución y etapa de vida; pueden ser los hijos, la vocación, cuidar a los padres, apoyar a personas vulnerables…
No importa lo que sea que avive su corazón y dé sentido profundo a su vida. Lo sabe, lo cuida, lo valora.
Y aunque mire el móvil.
Aunque vaya con prisas
O aunque se fije en una oferta,
En su mirada se percibe la profundidad de aquel que sabe dónde está su prioridad.
Por eso no se descentra.
Por eso es menos vulnerable.
Porque sabe muy bien dónde está la base de su centro. Dónde está la llama que debe de cuidar.
Sabe distinguir entre el calor superficial o artificial del calor de su llama.
Es más, no solo sabe distinguirlo, sino que lo elige y renueva esa elección cada día.
Todos tenemos una llama principal que nutre nuestras vidas. Una llama que mantiene vivas el resto de acciones de nuestra vida.
Una llama que si no cuidamos y se apaga, el resto de tareas dejan de tener vida. Y tu mirada se apaga.
Descúbrela. Saberla localizar y cuidar es algo tan valioso como un don.
Escúchate desde lo profundo ¿qué/quién es lo que activa tu plenitud de corazón?
Una vez la identifiques, cuídala, que nunca le falte tu presencia, tu atención, tu calidad, tu mimo…
Que tu llama sepa que lo es.
Hazle saber lo importante y verdadero que es para ti, ser tocado y tocar en lo esencial del Amor.
Y honra esa llama en tu hogar: desde la nobleza expresa de uno, en reconocer y ser reconocido, del origen que activa tu apertura de luz.
Sí es tu pareja, propicia tiempo de calidad con ella.
Si son tus hijos, juega con ellos, muestra tu apoyo e interés en su evolución.
Si es el cuidado de tus padres, hazles sentir amados y no culpables.
Si es pintar, pinta.
Si es leer, lee.
Pero cuida y honra tu llama interior
Y si un día, por etapas de vida o evolutivas, sientes que el origen de tu llama cambia, toma consciencia y vívelo con integridad.
Lleva tu atención diaria al motivo profundo de tu calor interno y filtra por él cada decisión.
Cuando lo haces, nada ajeno a ella te volverá a despistar.
Y habrás ganado la Vida.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Cuál es la clave para «ganar la Vida» en un mundo lleno de distracciones?
La clave es saber mantener la quietud y localizar tu verdadera fuerza e inspiración interior. Significa llevar tu atención al motivo profundo de tu calor interno y filtrar cada decisión a través de él, evitando que lo ajeno te despiste.
¿Qué diferencia existe entre el calor que dan las distracciones y el fuego interior?
Las distracciones (redes, prisas, compras) proporcionan un calor superficial o aparente, pero no es fuego ni plenitud duradera. El fuego interior proviene de tu llama esencial (pareja, vocación, hijos) y es la que realmente enciende, nutre y expande tu ser.
¿Cómo puedo identificar mi «llama principal» o aquello que da sentido profundo a mi vida?
Debes escucharte desde lo profundo. Párate a observar qué es lo que realmente activa tu plenitud de corazón. Esa respuesta, sea tu pareja, tu vocación o el cuidado de otros, es el origen de la llama que debes cuidar.
Una vez identificada mi llama, ¿qué implica «honrarla» en mi vida diaria?
Honrarla significa darle tu presencia, atención, calidad y mimo. Por ejemplo, si es tu pareja, propicia tiempo de calidad; si es pintar, asegúrate de pintar. Es hacerle saber, con tus acciones, lo importante y verdadero que es ese foco esencial para ti.
¿Por qué las personas que tienen clara su prioridad son menos vulnerables y se descentran menos?
Porque perciben la profundidad de aquel que sabe dónde está la base de su centro. Distinguen el calor artificial del calor de su llama, lo eligen cada día y, por lo tanto, no se dejan llevar por la velocidad o las ofertas externas.
Si mi foco esencial cambia debido a una etapa evolutiva, ¿cómo debo gestionarlo?
Si sientes que el origen de tu llama cambia, debes tomar consciencia del nuevo origen y vivirlo con integridad. La atención diaria debe ser llevada a ese nuevo motivo de calor interno que mantiene viva y activa tu plenitud.